Hace un año, Danielle Gershkovich recibió una llamada de su madre. Le tenía que dar una noticia muy dura.
Su hermano menor, Evan,
reportero del Wall
Street Journal, había sido arrestado: era el primer periodista
estadounidense enviado a prisión en Rusia desde el final de la Guerra Fría
acusado de espionaje.
Es una acusación por la que podría pasar 20 años en prisión
“La mejor manera de apoyarnos
es mantenernos positivos. Alegres. Nos
hacemos bromas de hermanos en cada carta”, relató.
“Hace poco le pregunté si podía
ir a ver la segunda parte de la película Dune. Me sentía culpable de ir a verla porque él no
podía”, dijo.
La odisea de Evan comenzó a
miles de kilómetros de Moscú, en la ciudad de Ekaterimburgo. En una misión
periodística, el servicio doméstico de seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas
en inglés) lo detuvo.
Las autoridades rusas dijeron
que Evan, quien es ciudadano estadounidense, fue hallado in fraganti con
documentos de “información clasificada”.
Cartas desde prisión
Tanto Evan, como el Wall Street
Journal y las autoridades estadounidenses han negado los cargos de
espionaje.
Ahora, encerrado en una prisión rusa,
Evan aún se las arregla para sorprender a su familia.
"En el Día de la Mujer logró que
las mujeres de su vida recibieran ramos de flores. Nosotras queremos que se
concentre en sí mismo y allí estaba cuidándonos. Él apoya a las personas en su
vida. Realmente lo extrañamos”, explicó su hermana.
Una razón de ello es que ha estado en la
corte varias veces en los últimos 12 meses, por lo que pudimos filmar lo que
pasaba en esas audiencias judiciales, aunque solo durante un minuto.
Aunque es poco tiempo, es suficiente
para saber cómo Evan está llevando esta situación.
Y para Evan es una oportunidad de ver
caras familiares.
Pero cuando a Evan le tocó comparecer
esta semana, no se le permitió la entrada a ningún periodista y no se dieron
explicaciones de por qué.
En vez eso, la corte donde compareció
Evan filmó el trámite y envió el contenido a los periodistas que estaban allí.
Eran seis segundos del juez dictaminando
que Evan debía permanecer en prisión.
“Todo es un sinsentido. Evan no es un
espía. Es un periodista”, le dijo a la BBC Emma Tucker, la editora en jefe
del Wall Street Journal.
“Como muchos reporteros hace un año, la
gente está alerta sobre cómo informar en Rusia. Por ejemplo, muchos medios
comenzaron a sacar a sus corresponsales del país”, explicó Tucker.
“El trato con Evan era que él viviría en
Londres e iría a Rusia a trabajar en un tema específico por un par de semanas”,
añadió.
De acuerdo con Tucker, Evan estaba
escribiendo un reportaje sobre la economía en Rusia en medio de la guerra con
Ucrania.
La prisión
Evan está en la prisión de Lefortovo, en
Moscú.
La edificación, levantada en los tiempos
de los zares, ha sido lugar de reclusión de nombres prominentes de la
disidencia y de presos políticos.
Fue un lugar de torturas y ejecuciones
durante la purga de Joseph Stalin y muchas personas que han pasado por esta
cárcel hablan de una sensación de total aislamiento.
“Él está bien, con buena salud”,
explicó la embajadora de EE.UU. en Rusia, Lynne Tracy, una de las pocas
personas que ha podido hablar con él en prisión.
“Una de las cosas que me ha llamado la
atención es lo importante que es escribir cartas para él. La correspondencia
que mantiene con su familia, amigos y gente que ni siquiera lo ha visto en
persona lo llena de energía”, añadió.
El gobierno de EE.UU. ha señalado que
Evan está “detenido injustamente”.
“La insinuación de que él de alguna
manera está involucrado en algún tipo de actividad criminal es totalmente
falsa”, dijo Tracy.
“El mensaje es que deben liberarlo ya”,
agregó.
El pasado mes de febrero, el presidente
de Rusia, Vladimir Putin, dijo que Evan “probablemente podrá irse pronto a
casa".
Pero hay un “pero”.
Por las pocas pistas que ha dado Moscú,
está claro que el Kremlin quiere algo -o tal vez a alguien- a cambio de la
liberación del periodista.
Y ese alguien podría ser el agente del
FSB Vadim Krasikov, quien está condenado a cadena perpetua en Alemania.
Las autoridades rusas no se esfuerzan en
esconder el hecho de que ven a Evan como una moneda de cambio.
“Está claro que Evan fue retenido con la
idea de hacer un intercambio”, señala Tucker.
“A esto se le llama rehenes
diplomáticos, que odio porque no hay nada de diplomacia en lo que está pasando.
Evan es un rehén. Putin lo está usando como moneda de cambio”, explicó la
periodista.
“Y esa es la realidad. Se hace bastante
difícil para los gobiernos solucionar esto. Porque hay mucho en juego,
especialmente con lo que va a pasar en el futuro”, agregó.
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