El cáncer
colorrectal se ha convertido en la primera causa de muerte por este tipo de
condición en hombres y la segunda en mujeres.
MIAMI, EEUU —
El cáncer
colorrectal, al margen de los cánceres de piel, se posiciona como el tercer
tipo de cáncer más diagnosticado tanto en hombres como en mujeres en Estados
Unidos, revelando su impacto significativo en la salud pública.
“El cáncer
colorrectal es un tumor que empieza adentro del intestino grueso, en el colon o
en el recto, y empieza a crecer. Es un pólipo que no es cáncer y se puede
quitar por colonoscopía, pero si le da tiempo para crecer durante varios años
puede convertirse en un cáncer y si se deja en estados muy avanzados puede ser
muy peligroso”, recalca la Dra. Paula Denoya, médica especialista en cirugía de
colon y recto en el Centro Oncológico Stony Brook de Nueva York.
El cáncer colorrectal, en números
La Sociedad
Americana Contra El Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés) estima que, para el
año 2024, se registrarán 106.590 nuevos casos de cáncer de colon y 46.220 de
cáncer rectal, distribuidos de manera relativamente equitativa entre ambos
sexos. Esta estadística, según los expertos consultados por la Voz de
América, pone de manifiesto la relevancia de esta enfermedad y la
necesidad de prestarle atención, especialmente porque se ha convertido en el
cáncer que causa más muertes en hombres y el segundo en mujeres.
“En las
últimas dos décadas, pasó de estar de la cuarta posición a la primera y la
segunda en hombres y mujeres, respectivamente”, decía la Dra. Nathalie
Mantilla, cirujano colorrectal y portavoz de ACS, durante la entrevista
concedida con motivo del mes de concienciación de este tipo de cáncer.
La mirada puesta en la población más joven
Los expertos
se están fijando especialmente en la población joven, menores de 50 años,
porque los últimos estudios han revelado que este tipo de cáncer empieza a
darse, cada vez, en personas de menor edad. Ante eso, la ACS ahora recomienda
hacerse los chequeos a partir de los 45 años y no los 50, como hasta el
momento.
Históricamente,
desde mediados de la década de 1980, la incidencia del cáncer colorrectal ha
mostrado una tendencia decreciente, atribuida en gran parte a la adopción de
prácticas de detección temprana y cambios hacia estilos de vida más saludables.
Entre 2011 y 2019, se observó una disminución promedio anual de alrededor del 1
% en su incidencia. Sin embargo, este descenso se ha notado principalmente en
la población mayor, mientras que, preocupantemente, entre los menores de 50
años, las tasas han incrementado anualmente entre un 1 % y un 2 % desde
mediados de los 90.
En
términos de riesgo a lo largo de la vida, aproximadamente 1 de cada 23 hombres
y 1 de cada 25 mujeres enfrentarán este diagnóstico en algún momento. Este
riesgo varía considerablemente entre individuos, influenciado por una serie de
factores de riesgo específicos para el cáncer colorrectal. La enfermedad ocupa
el tercer lugar como causa de muerte por cáncer, tanto en hombres como en
mujeres individualmente, y es la segunda más común al considerar ambos géneros
en conjunto, con una expectativa de alrededor de 53.010 fallecimientos en 2024.
Afortunadamente,
la tasa de mortalidad por cáncer colorrectal ha disminuido en las últimas
décadas para ambos sexos, un logro que probablemente se deba a la detección y
extirpación tempranas de pólipos precancerosos, así como a mejoras en los
tratamientos. Estas intervenciones tempranas permiten el diagnóstico de la
enfermedad en estadios iniciales, cuando las opciones de tratamiento son más
efectivas y menos invasivas. No obstante, es alarmante el incremento anual de
aproximadamente el 1 % en la incidencia entre personas menores de 55 años desde
mediados de la década de 2000, lo que subraya la importancia de reforzar las
estrategias de prevención y detección temprana en grupos de edad más jóvenes.
Por
eso, la Dra. Mantilla admite que el hecho de que en los últimos años se haya
registrado un aumento de casos de este tipo de cáncer en una población más
joven se hace especialmente difícil, en tanto que las pruebas rutinarias se
recomiendan hacer a partir de los 45 años y no antes.
“Ciertamente
esa es la población más difícil de abordar, para nosotros, como médicos porque
definitivamente cuando el cáncer empieza a dar síntomas, no quiero decir
necesariamente que es demasiado tarde, pero es una situación muy difícil de
abordar y no es ideal”, sostenía.
Con
todo, señala que “en los pacientes jóvenes, lo más importante es medir los
factores de riesgo”, que pasan, entre otras, el de mirar el historial familiar
para ver si alguien ha padecido de este tipo de cáncer.
“Yo
no lo llamaría un cáncer evitable, sino curable. Mi primera recomendación es no
ignorar los signos y los síntomas que tu cuerpo de está dando”, apunta la Dra.
Mantilla.
Es
decir, “el cáncer de colon y recto en estadios tempranos no suele dar ningún
tipo de síntoma”, por lo que acaba siendo difícil identificar este tipo de
condición médica a no ser que se someta a una colonoscopía, la prueba que sirve
para detectar estas enfermedades.
¿Cómo identificar los signos de un posible caso de cáncer colorrectal?
Los
especialistas en oncología relacionada con el colon y el recto sostienen que
las pruebas rutinarias son muy importantes a la hora de detectar estos casos.
“Mi primera
recomendación es que si eres mayor de 45 años ya calificas para una prueba de
cáncer de colon. La segunda recomendación es no ignorar los cambios en las
evacuaciones o pérdida de peso que no se atribuye a cambios en la dieta”,
exponía la experta.
Pero, sobre
todo, la genética puede jugar un papel muy importante ya que si el paciente
tiene un historial familiar con casos de cáncer colorrectal las probabilidades
de padecerlo también son altas.
La Dra.
Mantilla también atribuye la mala alimentación en Estados Unidos como un factor
determinante a la hora de justificar este aumento considerable de casos. “Una
de las preocupaciones es esa, el costo de los alimentos saludables”, criticaba
admitiendo que eso ha obligado a que la población opte por “alimentos altamente
procesados o que han sido envasados durante mucho tiempo y que tienen muchos
preservativos” para alimentarse regularmente.
El miedo a la prueba
La Dra.
Denoya, del Centro Stony Brook de Nueva York, admite que también hay cierto
miedo y pudor por parte de los pacientes a la hora de querer someterse a este
tipo de pruebas médicas. “Hay muchas razones por las que la gente no quiere
hacerse una colonoscopía, pero es muy importante que la gente sepa que esta
prueba es un estudio que se hace con anestesia, no duele y tarda unos 30
minutos”, comenta.
“La
preparación antes de la colonoscopía es por la cual mucha gente no quiere
hacerlo. Pero hay varias opciones para ello, incluso se pueden usar pastilla”,
concluía la experta.
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