Repulsa de los aliados de López Obrador, incluidos autócratas como Maduro, y de la OEA a la violación del Derecho Internacional.
Los aliados revolucionarios de Andrés Manuel López Obrador apoyaron este sábado en tromba al presidente de México en medio de la repulsa general en el continente, encabezada por la Organización de Estados Americanos (OEA), ante la línea roja atravesada por el ecuatoriano Daniel Noboa con el asalto a la embajada mexicana en Quito y la detención del correístaJorge Glas. Éste ya contaba con el apoyo del Grupo de Puebla, comandado por José Luis Rodríguez Zapatero, que llegó a justificar con el famoso lawfare (persecución judicial) los escandalosos capítulos protagonizados por quien fuera mano derecha del ex presidente Rafael Correa
.
"Es un acto de barbarie, algo nunca visto en América Latina. El Gobierno de derecha proyankee violó brutalmente el Derecho Internacional, secuestrando a un asilado político. Venezuela alza su voz contundentemente para rechazar este acto fascista", pontificó Nicolás Maduro. Y lo hizo precisamente cuando seis estrechos colaboradores de la líder opositora María Corina Machado permanecen refugiados, bajo asedio de los agentes chavistas, en la Embajada de Argentina en Caracas.
"Algunos autócratas se frotan las manos de alegría celebrando que gobiernos democráticos allanen el camino de la arbitrariedad internacional", advirtió el analista Nicmer Evans.
"Lo que hizo el Gobierno de Ecuador podría abrir una caja de Pandora sumamente peligrosa. El precedente que marca es gravísimo, preocupante. Imagine que ahora las autocracias, o las que van camino a ello, como Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia e incluso El Salvador, comienzan a hacer esto. Ojalá a la dictadura de Venezuela no se le ocurra hacer algo parecido, pues sabemos lo que ocurre con sus presos políticos: son torturados o asesinados y sus familias amenazadas", avizoró para EL MUNDO el politólogo Walter Molina.
Las provocaciones de López Obrador y la inédita respuesta de Noboa culminan unas semanas de fuego cruzado entre presidentes, en el que se han visto inmersos al menos siete países. Colombia y Argentina estuvieron a punto de romper relaciones y la última cacicada electoral de Maduro obligó a Petro y a Lula da Silva a reprochar a su aliado, que al reaccionar disertó sobre la "izquierda cobarde". En el reparto de insultos (asesino, Hitler, nazi, injerencista...), el caudillo sandinista Daniel Ortega obtuvo el primer premio: "Pinochetito, basura, vergüenza para la izquierda"...
0 Comments