Ya han transcurrido cuatro
años de aquel trágico accidente aéreo que se cobró la vida de Kobe Bryant y,
sin embargo, la guerra con sus progenitores continúa. Pamela y Joe Bryant,
padres del deportista, han sacado a subasta el primer anillo de campeón que su
hijo les regaló por apenas 30.000 dólares, aunque las pujas ya han superado los
140.000 dólares. Se trata de una joya de oro de 14 quilates con cuarenta
diamantes que Kobe le regaló en el 2000 a su padre como muestra de amor y
devoción, ya que este último había sido también jugador de la NBA, pero nunca
se había alzado con el máximo triunfo del campeonato. La empresa Goldin
Auctions es quien está orquestando la operación para la March Elite Sports
Auction.
Una acción por parte de los padres de
Bryant muy cuestionable que no hace más que avivar el conflicto ya irreparable
entre la familia. Hasta donde se sabe, quien maneja toda la fortuna que dejó el
deportista como legado, estimada en unos 600 millones de dólares, según Forbes,
es su viuda, Vanessa Bryant. Esta no mantiene ninguna relación con sus suegros,
que se opusieron a la relación entre ambos desde un principio. De hecho, ni
siquiera hicieron acto de presencia en su boda.
Los motivos fueron tanto personales como
económicos. En primer lugar, no les gustó la rapidez del enlace –se conocieron
grabando un videoclip en 1999 y se casaron en el 2001– ni que ella no fuera
afroamericana. Por otra parte, Vanessa comenzó a llevar las finanzas de su
marido y todos esos lujos y gastos de los que se habían beneficiado los padres
desaparecieron.
A partir de entonces
comenzó el distanciamiento y los continuos desplantes. En el 2003, en un
partido importante para Kobe, su madre le pidió que le dejara una entrada en
taquilla para su padre y este nunca apareció. “Sabía que no vendría a verme.
Nunca lo hace”, dijo a Los Angeles Times . Diez años más tarde, los padres sacaron a
subasta varios objetos personales de la leyenda del baloncesto, entre ellos ese
mismo anillo que ahora intentan vender. Cuando Kobe Bryant se enteró de lo
sucedido quiso demandar a la casa Goldin para que retirasen de inmediato sus
pertenencias, algo a lo que se negaron alegando que sus padres Pamela y Joe
eran los dueños legales.
Finalmente llegaron a un
acuerdo y solo se vendieron seis objetos por un valor de medio millón de
dólares. Con esta suma de dinero se compraron una casa en Las Vegas, una
decisión que posteriormente lamentaron. En el 2019, Pam sacó a subasta un
anillo de campeones de los dos mil que Kobe le regaló. Lo vendió por 206.000.
Ahora, la historia se repite.
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